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Hastio

Aún duelen las ausencias

No esperaba la groria, pero tampoco el desespero. Por enésima vez en la vida mi negativa a hacer algo produce otro enfado. Ya no me preocupa. Hoy ya no. He hecho lo que debía, aunque no he dicho todo lo que quería ni de las formas en como quería. Hoy es probablemente la última noche y querían arrebatármela. Por no querer... me la han arrebatado. Mañana será el último día... Me acabo de enterar (5:30 AM) que también me la arrebatan.

Tres días se han convertido en uno y dos medios... A un coste bastante importante. No está mal, yo siempre haciendo negocios rentables. Todo esto ha sido un error, un grave error. ¿Pero qué hubiera pasado si me quedo en casa? Probablemente otro gran error, recriminable por egoísta, pasota, etc.

No sólo debemos luchar por lo que queremos, sino ser conscientes de ello. Me río con las charlas morales sobre lo que uno -ajeno, siempre- debe o no debe hacer. Y la primera persona se olvida por completo de ello cuando "debe" hacer otras cosas... ¡Ah, los deberes! La subjetividad es la madre de la locura.

Hay cosas que no comprendo... pero las acepto. Lo que no acepto es que haya gente que no quiere que pueda llegar a comprender o que me limite o me impida esa comprensión. Me llegan a molestar realmente l@s fals@s e hipócritas. Me sacan de quicio. Se trata de dar todo lo que uno pueda esperando nada o casi nada... Tengo que comprenderlo: un viaje de 7 horas en autobús no es lo mismo que uno de 4 en coche... ¡Ostras! ¿Y 20 horas de tren en sólo tres días por decir "hola"?. Claro que existen las clases sociales... parece ser que mi dinero no vale lo mismo que el de los demás. Orgulloso creo sentirme por eso.

Por el otro lado, sigo esperando un "Felicidades". Tiene que ser ahora... El año que viene ya no existirán ni oídos ni bocas.

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