Fotografías
Observo fotografías. En ellas observo el paso, inexorable, del tiempo. Disfruto de tenerlas. Aunque no recuerde en qué momento las hice, me muestran que hubo un día en que apreté el disparador. Y el instante en el que mis pupilas veían ese tiempo y ese lugar quedó grabado en un trozo de papel.
Los recuerdos, en ocasiones, aparecen confusos y llenos de contradicciones; en las fotografías no hay lugar para el error. La fotografía muestra, llena de detalles, esas situaciones y momentos siempre felices, aunque sólo sean por el recuerdo en sí mismo. Los rostros queridos nunca se olvidan en las fotografías; tampoco envejecen nunca.
No entenderé nunca a la gente que le avergüenza hacerse fotos; menos aún a la gente que se rie malintencionadamente de fotos ajenas. Una foto no es sólo una foto: es una vida o varias vidas entremezcladas.
Los recuerdos, en ocasiones, aparecen confusos y llenos de contradicciones; en las fotografías no hay lugar para el error. La fotografía muestra, llena de detalles, esas situaciones y momentos siempre felices, aunque sólo sean por el recuerdo en sí mismo. Los rostros queridos nunca se olvidan en las fotografías; tampoco envejecen nunca.
No entenderé nunca a la gente que le avergüenza hacerse fotos; menos aún a la gente que se rie malintencionadamente de fotos ajenas. Una foto no es sólo una foto: es una vida o varias vidas entremezcladas.
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