Soy un mataperros
Reconozco mi oficio oculto y no me escondo en absoluto: soy un mataperros. Me dedico al noble arte de matar perros de la misma manera que mi padre se dedicó, y como el padre de mi padre y el padre del padre de mi padre se dedicaron. Oficio familiar. Claro que las cosas parece que ya no están como en los años 50 y ahora te ponen muchas trabas al ejercer este digno oficio. Y, para ser sincero, no mato muchos perros... Digamos que sólo he matado a uno, y fue hace tiempo. ¡Pero soy ese mataperros del que tanto me enorgullezco! Nací siendo mataperros, vivo siendo mataperros y moriré siendo mataperros.
Tampoco la presión que recibo de mi entorno es el más agradable, pero alguien tiene que hacerlo. Y para el respetable siempre seré el mataperros. Es lo que soy y así continuaré por mis años.
Tampoco la presión que recibo de mi entorno es el más agradable, pero alguien tiene que hacerlo. Y para el respetable siempre seré el mataperros. Es lo que soy y así continuaré por mis años.
5 comentarios
ERROR EN EL PRIMERO "E.Bathory" -
E.Bathory -
Un día mate a un gato y me llamaron matagatos
Hay madrugadas en las que seguro volvería a matar un gato, dos gatos, tres gatos y algunas gatas también. Pero por ahora me vale con marcar mi territorio con orina y otras secreciones hormonales.
Por mi parcela sin fronteras las leyes son únicamente las mías, y bajo el influjo de un dictador nocturno como yo la vida será siempre como yo la vea y quiera.
Siete vidas tiene un gato
Pero fue la curiosidad la que me arrastro a pasear una mañana por mi parcela; además de la luminosa variante del Sol observé como la orina y otras tantas marcas eran invisibles a los pobladores del día, mis leyes ahora absurdas no eran obedecidas por nadie y el mundo nada tenía que ver con lo que yo conocía.
Yo soy un gato y las ideas de eternos retornos las dejo para inmortales, pero por suerte aun me quedan otros seis intentos para completar el ciclo de un día completamente felino.
E.Bathory -
Hay madrugadas en las que seguro volvería a matar un gato, dos gatos, tres gatos y algunas gatas también. Pero por ahora me vale con marcar mi territorio con orina y otras secreciones hormonales.
Por mi parcela sin fronteras las leyes son únicamente las mías, y bajo el influjo de un dictador nocturno como yo la vida será siempre como yo la vea y quiera.
Pero fue la curiosidad la que me arrastro a pasear una mañana por mi parcela; además de la luminosa variante del Sol observé como la orina y otras tantas marcas eran invisibles a los pobladores del día, mis leyes ahora absurdas no eran obedecidas por nadie y el mundo nada tenía que ver con lo que yo conocía.
Yo soy un gato y las ideas de eternos retornos las dejo para inmortales, pero por suerte aun me quedan otros seis intentos para completar el ciclo de un día completamente felino.
Xavi -
Yo(arroba)puntocom -