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Hastio

30 tacos

30 tacos

Quizás sea el cumpleaños una de las fechas que más valoro del año. El Eterno Retorno prosigue su rumbo monótono y constante. Nada cambia, sólo los dígitos cambian. Y en esta ocasión cambio los dos dígitos. Un 3, símbolo de la perfección, y un 0, símbolo de ausencia.

No hace falta cumplir años para mirar hacia atrás, pero un nuevo aniversario es una excusa perfecta. Y miro atrás... El pasado es como un sueño: tenemos recuerdos vagos de lo que nos ha sucedido y no acabamos de discernir si ha ocurrido o lo hemos inventado. Según mis ideas, el pasado lo construimos. Y ha de ser así, puesto que existen algunas sensaciones y sentimientos que sólo podemos explicar utilizando el lenguaje (=pensamiento) que conocemos.

No creo que mi pasado sea mejor o peor; es mi pasado, con sus errores y sus aciertos, con sus cosillas que nunca tendrían que haber sucedido y con sus hechos en espera de ser repetidos, aunque eso sea imposible. Cambiamos dentro de la igualdad que supone ser. De lo que sí estoy convencido es de que he estado. Estar se convierte en algo importante, al igual que las percepciones y los deseos.

La vida como un sueño... El sueño de la vida... Quizás llegue el día en que despertemos y nos demos cuenta de que lo que nos ha tocado vivir lo hemos construido nosotros mismos, a nuestra imagen y semejanza, como dioses creadores de sus propios mundos.

Ahora toca acordarse de una primera cifra: el tres. Quizás de lo más complicado. La crisis de los 30 ya llegará al cumplir 40. 

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