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Hastio

Más vacaciones

Mojitos en la playa, mulatitas vigilando que no me falte de nada, música de la buena en la cadena, sonido de olas que rompen en la playa... Buscamos la felicidad en una semanita larga de vacaciones en Cancún (por lo menos), aunque muchas veces el simple hecho de estar a gusto, tirados en la acera de cualquier calle de cualquier ciudad, con buena compañía y buenas sonrisas puede ser exactamente lo mismo que esa semana -larga- en Cancún. Las cosas hechas "a lo grande" pueden ser beneficiosas, el problema radica en ese significado subjetivo de "a lo grande".

Una velada a la luz de los maullidos de los gatos en busca de presas, sin música, sin mulatitas, sin el sonido de las olas, pero con sonrisas y lágrimas, en paz, tranquilo es una forma de agarrar esa ansiada felicidad... La buscamos, aunque en ocasiones no hace falta; sólo es necesario disfrutarla. Claro que hay que ser consciente de que nos rodea, que se encuentra en cada piedra que levantamos para buscar gusanos, en cada estornudo que huye de nosotros para estamparse en el espejo del lavabo, en cada hamburguesa que te comes, en cada conversación, en cada paseo, en cada descuartizamiento... Sólo hace falta abrir los ojos, eso es a veces lo más complicado.

4 comentarios

E.Bathory -

MÁS ZOMBIECIONES

Pues no sé si esto será la tierra prometida o lo que CREES q será. Lo que sí he podido observar es que este encuentro entre animales y seres deshumanizados no ha dado pie al fin del mundo ni se ha producido en Cancún.

No entraré a valorar tus vacas como comprenderás; pero te diré que de mis visitas de Zombies como buena alumna aplicada me estudié los apuntes, y supongo que en parte aprobé, puesto que fui consciente de lo me rodeaba abriendo los ojos y con ello disfruté. Pero es muy usual tener asignaturas pendientes, no sé si para septiembre o que dichoso mes. He aprobado abriendo los ojos y he suspendido abriendo la boca. Así que tendré que estudiar mas.

La Nube estara ahí -

Jaime Sabines No quiere Paz ...Ni yo, Ni tú -

"Me habló de la mariguana, de la heroína, de los hongos, de la llaguasa. Por medio de las drogas llegaba a Dios, Se hacía perfecto, desaparecía. Pero yo prefiero mis viejos alucinantes: la soledad, el amor, la muerte."

Julio Cortazaz -

No hay que llorar porque las plantas crecen en tu balcón, no
hay que estar triste
si una vez más la rubia carrera de las nubes te reitera lo
inmóvil,
ese permanecer en tanta fuga. Porque la nube estará ahí,
constante en su inconstancia cuando tú, cuando yo -pero por
qué nombrar el polvo y la ceniza.
Sí, nos equivocábamos creyendo que el paso por el día
era lo efímero, el agua que resbala por las hojas hasta
hundirse en la tierra.

Sólo dura la efímero, esa estúpida planta que ignora la
tortuga,
esa blanda tortuga que tantea en la eternidad con ojos
huecos,
y el sonido sin música, la palabra sin canto, la cópula sin
grito de agonía,
las torres del maíz, los ciegos montes.
Nosotros, maniatados a una conciencia que es el tiempo,
no nos movemos del terror y la delicia,
y sus verdugos delicadamente nos arrancan los párpados
para dejarnos ver sin tregua cómo crecen las plantas del
balcón,
cómo corren las nubes al futuro.

¿Qué quiere decir esto? Nada, una taza de té.
No hay drama en el murmullo, y tú eres la silueta de papel
que las tijeras van salvando de lo informe: oh vanidad de
creer
que se nace o se muere,
cuando lo único real es el hueco que queda en el papel,
el golem que nos sigue sollozando en sueños y en olvido.